viernes, 21 de mayo de 2010

Mi socio es un amigo pero a veces …¡¡¡¡lo quiero matar!!!!!.

• Los problemas de relación más frecuentes.
• La importancia del trabajo interno.
• Las Cuatro Reglas Básicas de la Buena Convivencia.

                    
                                                                                      
En el sector emprendedor, hoy es bastante común buscar primero con quien hacer un emprendimiento y después decidir qué hacer. La típica reunión de amigos que se reúnen a charlar y/o fantasear sobre x tema mas o menos utópico y de ahí surge alguna buena idea que entusiasma, de a poco va puliéndose y finalmente alguno se anima a hacer la propuesta formal y ….ponerla en marcha.

En algunos casos he acompañado este proceso previo, en otros mi acompañamiento empezó cuando el proyecto ya estaba en marcha y en otros cuando ya había aparecido la famosa frase “tengo ganas de matarlo/a….”.
 En las empresas entre amigos ocurre algo parecido a las empresas familiares, donde hay un doble trabajo: además de desarrollar el proyecto, el cuidado de los vínculos es mucho mas delicado aún que en cualquier relación comercial, porque mas allá de los negocios es necesario preservar la amistad. Y, cuando se juntan afecto y negocios, eso no siempre es fácil y requiere cierta habilidad tanto de autoconocimiento como de relación y negociación.

Algunas de las dificultades típicas que suelen aparecer:
  • ¿Cómo le digo..? La dificultad de acordar reglas de funcionamiento, tanto respecto de plazos como de calidad del trabajo. Y si esas reglas se acuerdan, suele aparecer la imposibilidad “en nombre de la amistad” de exigirse mutuo cumplimiento. El miedo de “si pongo reglas y exijo que cumpla, o le muestro que no las esta cumpliendo, se va a enojar y voy a perder un amigo”. 

  • Me siento solo/a . Sentirse abandonado/a por los socios cuando el proyecto ya arrancó y no se puede dar marcha atrás. Ejemplo: Inicialmente dos o mas socios potenciales parecen entusiasmados con la idea, comparten una visión y parecen estar dispuestos a pasar a la acción. Cuando el proyecto arranca, en los hechos muchas veces es uno solo quien se mueve y hace que el proyecto avance y los demás están a veces sí a veces no o acompañan desde un menor compromiso. La queja mas común es: “esperaba apoyo y /o feedback de X, pero creo que para él/ella, el proyecto no tiene la misma importancia que para mi. Me siento muy solo/a” pero ya no puedo dar marcha atrás.

  • ¿De quien es la responsabilidad? Dentro del montón de requerimientos que implica un proyecto ambicioso que todavía está mas apoyado en una visión que en un resultado concreto, aparece la dificultad de decidir las responsabilidades de cada uno, (al principio parece que todos hacen todo), y la necesidad de que eso vaya decantando a medida que el proyecto empieza a “caminar”, de modo que cada uno asuma responsabilidades definidas, se comprometa con los plazos y se haga cargo de las acciones a las que se comprometió.

  • Difícil decisión. Cuando el amigo/socio no cumple su parte, y la incierta promesa de que “ya va a cumplir” es desmentida una y otra vez por la realidad, aparece la difícil elección entre la “lealtad al amigo” creyendo en su promesa o ... salvar el proyecto. 

  • La pelea siempre es por lo idéntico. La imposibilidad de reconocer en el otro en que “funcionamos igual” y en que “funcionamos distinto”. Funcionar bien en áreas iguales o diferentes, generalmente produce bastante sinergia. Funcionar mal en áreas diferentes no suele ser muy grave, porque los errores de uno, el otro los detecta. Lo catastrófico es cuando las dos personas funcionan mal en lo mismo (ej. Las dos postergan decisiones, las dos no respetan los plazos, las dos no reconocen los errores propios etc.). Esto inevitablemente conduce a discusiones centradas en “porque vos…”, “porque yo…” que se hacen interminables y muchas veces sin salida. En estos casos se produce un funcionamiento en espejo, que genera mucha tensión y malestar mutuo y suele ser una de las causas mas frecuentes de ruptura.
Aunque generalmente la gente dice “no vamos a tener problemas porque somos muy amigos”, la experiencia muestra que es conveniente tomar algunos recaudos. Además del diálogo permanente, el principal recaudo que evita la mayor parte de los problemas futuros es acordar, desde el inicio, unas pocas reglas claras de funcionamiento.
Más allá de los casos particulares, hay algunas reglas generales que, si se ponen en práctica, evitan muchos de estos malestares. Y son las siguientes:

1. Cruzar el decir con el hacer. O sea… hacer lo que dije que haría.
2. No postergar (decisiones, conversaciones, acciones, etc.)
3. No justificarme. Si no hice lo que dije, asumir la responsabilidad y reparar.
4. No culpar al otro de lo que salió mal y en lo posible reconocer cual fue mi cuota de responsabilidad en ese resultado.

Son reglas simples y tienen la enorme ventaja de que cumplirlas no depende de otros. Solo exigen un poquito de trabajo interno y ese trabajo interno va siempre en la dirección del crecimiento personal.
Y Vos, te reconoces en alguna de estas situaciones?



jueves, 13 de mayo de 2010

Criticame ... que me gusta





  • El atractivo  estructural de la falla
  • Un elogio a la crítica (constructiva o no)


Es un clásico que todo aquel que organiza algún evento, genera algún hecho, o desarrolla una actividad que implica la participación de otras personas inevitablemente será elogiado y criticado, en el mejor de los casos.

En general nos desagradan las críticas.  Pero…si critican o elogian es una señal de que vamos bien, por aquello de “ladran Sancho…”. La crítica siempre es un buen indicio: es una muestra de  interés,  ya que nadie se ocupa de criticar algo que no le afecta o interesa.  Y lo contrario de la crítica no es el elogio: lo contrario de los dos …es la indiferencia.

De acuerdo a como funciona nuestro cerebro  y en términos de polarización de la atención ¿A qué reaccionamos mas? ¿al elogio o a la crítica? 

Veamos un ejemplo:

Hace poco hubo un evento espectacular en Buenos Aires: el TEDx Buenos Aires, y en varios medios periodísticos y  páginas web de los organizadores y de otros hubo comentarios.   Tomo este caso para ejemplificar lo que digo  porque no hay dudas de que el TEDx Buenos Aires fue un evento maravilloso, de altísima calidad,  con una organización impecable y  con todo a favor.  Sin embargo…..

Los mayoritarios comentarios positivos no generaron respuestas, salvo alguna de agradecimiento  general dada por el/los dueño de los  blogs.

Los pocos comentarios negativos (críticos)  generaron respuestas en cadena.

Lo mismo vale  en cualquier  situación  y sobre cualquier tema.

Veamos la parte positiva de la cuestión: la crítica (constructiva o no) siempre  trae beneficios tanto para el que critica como para el criticado.

En que se beneficia el que critica sin aportar?   





Obtiene sus 30 segundos de fama: después de leer todos los comentarios críticos, es bastante fácil acordarse de los nombres de los que criticaron, ya que son nombrados en varias respuestas. No así los nombres de los que elogiaron, que figuran una sola  vez.

Entonces si alguien que no tiene mérito propio quiere hacerse visible….  con criticar es suficiente: criticando se hace visible.  Es un beneficio... de patas cortas, pero  beneficio al fin  en esta cultura en la que “el hacerse ver” (la imagen)  tiene tanta importancia.  

En que se beneficia el criticado?

En algunas culturas antiguas, una forma de “matar al enemigo” era …. dejar de nombrarlo, bajo el simple argumento de que “lo que no se nombra no existe”.

 La inversa también es cierta. Cuando mas nombrado es alguien o algo,  y no importa si bien o mal, mas energía convoca. Una prueba de ello es la existencia de algunos personajes de la televisión vernácula, que de otro modo no existirían. Existen porque… dan que hablar críticamente.

Pero, porqué  el apoyo o el elogio no genera la misma atención?.
Por un simple motivo: nuestra cabeza responde automáticamente a la falla.  El elogio exige más pasos “psíquicos”.
  
Muy habitualmente,  el que critica al que hace, o a lo que otro hizo, casi nunca ha hecho ni propuesto algo mejor, por lo que es muy fácil desarticular su argumento. Sin embargo, en lugar de “cortar por lo sano” haciendo evidente su posición, al ser criticados, la mayoría de las veces nos sentimos obligados a defendernos de la crítica y/o responder, dado que ese funcionamiento automático  ocurre tanto en el que critica como en el criticado: automáticamente la atención se polariza hacia lo que está mal, lo que falta, lo que falla. Y desde ahí, respondemos. 

Conviene evitar la crítica? No. Sería como “apagar la luz”,  perdiendo así una enorme fuerza ya que quien sin lugar a dudas  más se  beneficia es el criticado.

Entonces, ¿Se puede aprovechar en favor propio el enorme poder de la crítica? La respuesta es un rotundo SI  ya que, aunque hay algunos peligros también hay muchos beneficios.

Peligro 1: que la crítica nos “chupe”  hacia  situaciones secundarias  o poco importantes  y perdamos el foco que nos importa. 

Peligro 2: que  convirtamos la crítica en algo personal, entremos en la “pelea” y … necesitemos “defendernos”, perdiendo así el foco principal.  Por ejemplo,  responder desde la emoción, desde sentirnos ofendidos por acusaciones de diversa índole y en general  sentirnos obligados a  justificar lo que hicimos, aun cuando estemos seguros de haber hecho lo que  consideramos correcto..  

Peligro 3: que las críticas y las respuestas se conviertan en un objetivo en si mismas y perdamos de vista el objetivo a lograr (como ocurre en el Congreso de la Nación en estos tiempos, en que las críticas mutuas solo dilatan los tiempos de atender a lo importante… aunque tal vez ese sea el objetivo).

Beneficios:

1. la crítica  es un medidor del interés  que algo o alguien despierta.   
2.  Sea constructiva o no, si el evento en cuestión genera reacción, la crítica contribuye a la  difusión de lo criticado.  
3. Responder de modo correcto a las críticas también sirve para difundir ideas y posiciones. Y hace visible la diferencia entre quien hace y quien solo critica. Esa respuesta agrega valor al primero.
4. Cuanto más injusta es la crítica, mas  emociones desata y  mas energía genera. Por lo tanto es mucho mayor el caudal de atención que se deriva hacia el evento o persona en cuestión. En ese caso, la crítica funciona como un “abono fertilizante” del evento.  El debate se realimenta a sí mismo y por lo tanto aumenta la energía circulante.
5. Cuando la crítica es constructiva, es una maravillosa fuente de aprendizaje.    

Entonces, reconsiderando el punto de vista de la crítica  podemos decir con total convicción:

Criticame…… que me gusta.


jueves, 6 de mayo de 2010

Frases que matan: Relación de dependencia


Las palabras tienen un poder oculto.
las palabras definen y dirigen la acción.
Empleado vs. Emprendedor: falsa dialéctica.


       V. empieza a trabar en una empresa porque “necesita un empleo”. Es una empresa pequeña, el entorno de trabajo es agradable, cálido y con una cultura que premia la iniciativa y el trabajo bien hecho.
Se siente a gusto, una de sus frases mas reiteradas dice “voy contenta a trabajar, nunca pensé que diría esto porque hubiera preferido trabajar sin cumplir horarios”.
Al poco tiempo comienza a aportar sus propios contactos a la empresa. Todos sabemos el valor que tiene una buena cartera de contactos: en este caso esos contactos y el trabajo de excelencia, permiten que la empresa aumente su penetración en el mercado, esa mayor penetración logra abrir nuevas oportunidades de negocios, lo que a su vez permite aumentar los ingresos de la compañía, lo que permite aumentar los sueldos y realimentar el círculo virtuoso.

Aunque está dicho ya mil veces vale la pena repetirlo: Así como nuestra realidad está definida y construida por lo que hacemos y no hacemos, cada una de nuestras acciones está dirigida desde lo que sentimos y pensamos.

Y lo que pensamos está reflejado en nuestro lenguaje.

Este trío siempre van juntos: Lenguaje --> sentimiento  -->  acción.

Por eso es lícito decir: hacemos lo que decimos ( y no lo que creemos que decimos) y/o lo que sentimos. Y cuando las tres están alineadas en la misma dirección, el éxito está asegurado.

¿Qué decimos cuando decimos “relación de dependencia”?

Habitualmente entendemos que es un trabajo que implica un sueldo que otro nos paga, o sea un empleo. Se sobre-entiende que la dependencia es económica y está contrapuesta al trabajo “independiente”, autónomo.
En la realidad esa frase, dice mucho mas que eso: define el lugar desde donde está armada la relación laboral y dice también cual es la relación posible: la dependencia.

En una relación de dependencia, una parte depende y se subordina a la otra; muy distinta de una relación que apuesta al crecimiento de ambas partes.

En una relación laboral de esta clase, la dependencia suele ser mucho más que económica, ya que el desarrollo personal y profesional depende de, además de la iniciativa personal, las posibilidades que brinde la empresa.

Que diferencia hay entre la mentalidad de un “empleado” (en algunos lugares se le sigue denominando “dependiente”) y un “emprendedor”?.

El primero generalmente se somete a una “relación de dependencia”, y pocas veces se siente incentivado u obligado a desplegar su iniciativa y creatividad mas allá de lo requerido por su puesto; el segundo, aun cuando dependa de un sueldo, genera su propio espacio dentro del lugar en el que se encuentre.

Un emprendedor es aquel que tiene su propio objetivo y en función de éste, arma su propio proyecto, esté donde esté y no importa en que área. Y aunque lo incluye, esto va más allá del dinero. Su proyecto puede ser lograr un mejor puesto, generar una nueva unidad de negocios en la empresa que trabaja, armar su propia empresa, cambiar de país o …su propia vida. A diferencia de un empleado pro-activo que puede tenerlo o no, un emprendedor siempre tiene un objetivo personal. Y en el mejor de los casos, ese objetivo implica su desarrollo personal.

Es en este sentido en el que cualquier persona puede ser un emprendedor. Es muy diferente “tener un empleo”, “trabajar en relación de dependencia” , que… “tener un trabajo con un objetivo que me permita desarrollar y aprovechar lo mejor de mi dentro de mi entorno laboral, familiar y social, sea dentro de una compañía grande o chica o en forma independiente.

Las empresas que consideran esto realmente ( y hago la salvedad porque en la teoría todas las empresas dicen considerarlo y en la práctica solo algunas lo hacen), logran que sus empleados, además de trabajar por un sueldo, aporten valor, generen ideas y a veces …nuevos negocios. Y en general den lo mejor de si.

El ejemplo del inicio parece utópico, pero no lo es. Es un ejemplo que tomé de la vida real de alguna de las personas que apostaron a invertir en su desarrollo personal. Hoy, un año después, esa persona “emprendedora” está en camino de abrir una nueva unidad de negocios para la compañía, obteniendo para sí, además del sueldo, una participación porcentual.

Entonces; ¿empleado o emprendedor? No son excluyentes.

Lo excluyente es la “relación de dependencia”, porque quien se relaciona desde ahí, queda excluido de su propia iniciativa, resolución y autonomía.