jueves, 3 de febrero de 2011

El Nudo Mágico: 3 + 1

Dice un cuento zen: 

Después de ganar varios concursos de arquería, el joven y jactancioso campeón retó a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como arquero. El joven demostró una notable técnica cuando le dio al ojo de un lejano toro en el primer intento, y luego partió esa flecha con el segundo tiro. “Ahí está”, le dijo al viejo, “A ver si puedes igualar eso!”. Inmutable, el maestro no desenfundo su arco, pero invitó al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaña. Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió hacia lo alto de la montaña hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un frágil y tembloroso tronco. Parado con calma en el medio del inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo eligió como blanco un lejano árbol, desenfundó su arco, y disparó un tiro limpio y directo. “Ahora es tu turno”, dijo mientras se paraba graciosamente en tierra firme. Contemplando con terror el abismo aparentemente sin fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y menos a hacer el tiro. “Tienes mucha habilidad con el arco”, dijo el maestro, “pero mientras no domines tu mente, serás esclavo de ella”.

Me gusta la imagen serena del arquero  parado sobre el precipicio, con la mente centrada en el blanco y disparando la flecha, todo él siendo una  Unidad.
Acción,  emoción y pensamiento convergiendo en un instante. Y Quien las hace converger:  3 + UNO. 

Pensamiento, sentimiento, acción. Los tres planos que arman  la realidad: simbólico, imaginario y real. Y Quien la arma.
Una tríada a la que, para  que sea  eficaz y arme realidad sostenible en el tiempo,   hay que anudar de una manera particular. Y esa manera particular tenemos que aprender a construirla porque…. generalmente no nos viene dada de fábrica.  
A veces nos manejan los sentimientos, a veces las acciones, siempre los pensamientos.
De fábrica a lo sumo automáticamente  anudamos de a dos:
Alguien  actúa guiado por sus emociones,  y…. sin usar la cabeza: Acción-emoción, el pensamiento queda aparte.
Alguien  actúa racionalmente y es eficaz,  y… no da cabida a algún sentimiento: Pensamiento-acción, la emoción queda aparte.
Alguien  se queda rumiando sus pensamientos y se conforma con lo que imagina, pero nunca pasa a la acción:  Pensamiento- imaginación, la acción queda aparte.
En cada uno de esos casos, el tercer termino está pero desenganchado o anudado de modo no eficaz.

¿Cuándo se que anudé eficazmente los 3 términos, (lo que dije, lo que es y lo que parece, o sea lo simbólico, lo real y lo imaginario)?
 Cuando produje una consistencia entre ellos: Cuando lo que hice es lo que dije que haría y además … parece lo que es.

Suena a obviedad o a verdad de Perogrullo, pero…. Si miramos un poco alrededor,  mas allá de los políticos  en este año taaaaan electoral,   los índices del INDEC o el famoso “te llamo” al final de una cita amorosa,  fácilmente veremos que hoy, esta obviedad es una rareza de las mas difíciles de encontrar.

miércoles, 26 de enero de 2011

La emoción virtual


Junto con la infinita y espectacular cantidad de beneficios que proporciona Internet y la posibilidad de conexión permanente, empieza a haber algunas consecuencias indeseadas a nivel de la calidad de la comunicación humana. Algo así como los famosos “daños colaterales”, que hacen que la comunicación se enrarezca, se estanque o simplemente deje de existir. La enorme cantidad de malos entendidos, que aparecen por una coma mal puesta, una frase ambigua o que literalmente dice algo distinto de que lo que hubiéramos querido decir.


El excelente libro  “Sin Cortinas” de Gastón Silberman y Vivian Loew,  describe a la perfección los efectos de la hiperconexión , donde parece más natural  estar  todo el tiempo detrás de una pantalla que compartir un café durante media hora.

Una situación particular de la hiperconexión es intentar comunicar por mail o discutir por chat alguna cuestión emocional no especialmente amorosa, algo  que molestó, ofendió o enojó.  En estas ocasiones solemos apelar a lo virtual con la excusa de  no tener tiempo para un encuentro,  o por creer que si lo pensamos bien  podremos encontrar las palabras justas, o para evitar exponernos  o simplemente porque estamos tan dolidos o enojados que no soportamos encontrarnos cara a cara con el otro y decir lo que queremos decir…

Y  creemos que la pantalla es eso: una buena pantalla.

 Así, muchas veces entramos en un terreno resbaladizo que generalmente termina en un porrazo relacional que después cuesta remontar y/o deja variados moretones en la relación.

La conexión virtual muestra como nunca algo que no es obvio: que  la realidad existe  en primer lugar en nuestra cabeza.  Cuando alguien habla,  quien escucha…  lo hace desde lo que ya hay  previamente en su  pensamiento. Desde sus propios juicios.

Y entonces hay tantas realidades como cabezas interpreten lo que ocurre.  Es así que,  el mismo mensaje emitido,   recibido por alguien que tiene distinta música en su cabeza, muchas veces (demasiadas) se interpreta distinto de lo que el emisor intentaba decir desde su soneto. Y la respuesta  siempre es acorde a la propia música, no a la del otro.

 Si a eso agregamos que el único elemento para decodificar el mensaje es la letra escrita, ya que no hay gestos, tonos, miradas, sonrisas o silencios que contextualicen el texto,  fácilmente aparecen  malos entendidos que, al querer subsanarlos mediante mas mails, mas msn o mas twiteos, mas se complican. El conocido “no aclares que oscurece”.

Cuando una simple mirada, un tono o un gesto  bastarían para desarmar el entuerto.          

Tal vez,  junto con la maravilla de la tecnologia, empieza a ser necesario rescatar e integrar a la vida de todos los dias, algunos de los  "valores antiguos".
Crecí escuchando a Serrat, los Beatles, Sabina y... tantos otros.  Y, así  como en la década del 70, Joan Manuel Serrat decía : Prefiero volar a correr, amar a querer, tomar a pedir, bailar a desfilar y disfrutar a medir… en esta grandiosa época de la hiperconectividad  y parafraseando al Nano,  me atrevo a decir  que hoy:

Prefiero….

Prefiero una gran emoción   a un emoticón
Una buena conversación a una “interacción”
Y el silencio al ruido
Prefiero una buena arruga al mejor fotoshop
Estar bien conmigo que tener un millón de amigos
Y una fuerte conexión emocional a estar siempre conectada
Prefiero la observación al entretenimiento
Una crítica despiadada a un comentario light
Y lo que permanece a lo momentáneo
Prefiero las personas a los usuarios
La sabiduría al  conocimiento
Y tu mirada….. al tweet mas ingenioso.